Para 1970 y 1980, la bachata fue malignizada por la sociedad dominicana por su asociación con la pobreza, el atraso rural, la delincuencia, la embriaguez y la prostitución. Consciente de la mala opinión que su música generaba en ciertos sectores de la sociedad, algunos bachateros como Leonardo Paniagua y Luís Segura trataron de distanciarse del género a través de la grabación de versiones de baladas y otros estilos musicales mucho más aceptados provenientes del extranjero.
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